Puede ser algo tan patético o tonto
como decir que se es alérgico a la felicidad...
En cualquier caso, a veces pienso eso.
Y pienso que el destino o la vida, o lo que sea esto que se vive
es como un camino que alguien nos pone delante
y también pone las piedras con las que tropiezas,
o los árboles que dan sombra y seguridad...
Y a veces tengo la impresión de que está escondido
por ahí, detrás de algún matorral,
como esperando ese momento en que estás más tranquilo,
más feliz, y entonces salta y de repente tira todo lo q has construído.
Algo así como encontrarte con un viejo amigo
que te pregunta "Hey, ¿cómo estás?"
Y luego de pensar un poco te das cuenta
de que estás verdaderamente bien, y
"¡Estoy muy bien!"- respondes feliz.
Y como si aquél que estaba oculto hubiese esperado a oírte aquello
y de repente, todo tipo de desgracias llegan una tras otra.
Y no sabes, no entiendes qué sucedió...
Hace solo unas horas todo estaba bien,
todo estaba en orden.
Y ahora...
¡¿Y ahora?!!!
¿Qué pasó?
¿Por qué todo está tan revuelto?
y no encuentro la forma de arreglar este estropicio.
Y no sé, a veces me da la impresión de que mi vida tiene alergia a la felicidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario