lunes, 17 de diciembre de 2012

Quise correr hacia ti,

Pero me resistí.



Otro yo dentro de mí me dice 'no vayas,
no llames, no busques, no sonrías'.


Hay días que despierto con ganas terribles de escuchar esa voz,
o ver ese rostro, o aquella sonrisa y abrazarle.

Suele ser difícil superar esos impulsos, pero lo consigo.
A duras penas y con mucho esfuerzo, pero lo consigo.

Y siento que he ganado algo...
¿o es que no he perdido nada?
Y no sé si es una sensación de vacío (¿o tristeza?) q me embarga...
Y entonces algo frío me toca en el alma y pienso
Si esa voz es tan solo el orgullo, y no debería escucharla.